Recientemente tuve la oportunidad de charlar con un grupo de personas de lo más variado. La mayor parte de la conversación era intranscendente. Pero a lo largo de la misma, una mujer fue sorprendentemente abierta sobre su vida sexual. Explicó su filosofía sobre el sexo y las relaciones. Después de haber estado casada y divorciada, afirmaba que llevaba una vida sin ataduras y con encuentros sexuales eventuales. Sin embargo, ella misma llegó a la conclusión de que practicar sexo casual de forma habitual puede llegar a ser más dañino que beneficioso a nivel emocional.
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El sexo sin emociones ni sentimientos
El sexo eventual es únicamente la búsqueda del placer físico, sin conexión emocional y sentimental, y sin ningún compromiso. Incluye cualquier tipo de acto sexual con cualquier persona, heterosexuales u homosexuales. En su forma más cruda implica un total desapego de la persona para suprimir el desarrollo de cualquier tipo de relación emocional. El sexo ocasional se ha idealizado en las películas y en la televisión. Los sitios web que facilitan el contacto entre personas que buscan sexo sin compromiso, a menudo acompañadas con material pornográfico, hacen que sea fácil para los usuarios encontrar una pareja sexual eventual. Muchos alaban las ventajas de este tipo de vida sin arraigos y compromisos sentimentales. Nos aseguran la emoción de un estilo de vida basado en el disfrute del sexo sin ataduras. Su idealización parece ser incuestionable, la filosofía que subyace a todo esto es que el matrimonio está sobrevalorado, y el sexo fortuito es una diversión inofensiva que todos practican. Pero la realidad es que se trata de una filosofía de vida adversa a nivel de salud sexual y los riesgos no se consideran, y a menudo, se ignoran.
El mal uso del sexo en nuestros días
Vamos a enfrentar el problema de lleno. El mal uso del sexo conlleva un dolor personal incalculable. El sexo casual no tiene que ser a priori negativo, pero si lo basamos como parte de nuestro estilo de vida puede llegar a ser extremadamente perjudicial. La carencia de valores sexuales en nuestra sociedad es una realidad que no parece tener fin. La libertad sexual es uno de los hitos en la conquista de nuestras libertades, pero una mala comprensión de la libertad sexual es responsable de muchas conductas sexuales reprobables. Todos los actores sociales deben enfrentarse a este problema creciente, y con especial atención en los más jóvenes. La generación adulta actual todavía tiene que lidiar con el problema de una sociedad loca por el sexo sin valores.
Conclusión
Se puede practicar sexo de muchas maneras, pero es importante tener claro qué tipo de sexo se está buscando. Como todo en la vida, los extremos no suelen ser la decisión más inteligente. Por tanto, si quiere disfrutar del sexo, por ejemplo, con escorts en Lima, debe hacerse con atención, respeto y educación.