La cadena de restaurantes Lizarran ha desarrollado un concepto de negocio que ha recibido una aceptación magnífica por parte de clientes y franquiciados. Tanto en España como en el resto del mundo, la firma española se ha convertido en una de las opciones de inversión más solventes y rentables, capaz de afianzarse y consolidarse en los distintos mercados en los que está presente. Hablamos de una marca que exporta una gastronomía de pinchos y tapas con un éxito innegable por todo el mundo, convirtiéndose en una opción muy atractiva para los inversores nacionales e internacionales más exigentes.
El primer restaurante Lizarran abrió sus puertas en 1988 en Sitges, en la zona costera de Barcelona. Una década después, en 1998, comenzó a franquiciar su exitoso modelo de negocio. En 2007, la firma se integró dentro de la plataforma multimarca de restauración gestionada por Comess Group, manteniendo su experiencia gastronómica original de pinchos y tapas. Sus inicios en el mundo de la franquicia han sido tan exitosos que la expansión fue casi inmediata, convirtiéndose en un líder del sector de la restauración en España y en un referente internacional.
Lizarran cuenta con más de 250 establecimientos y está presente en más de 15 países con más de 25 millones de clientes en todo el mundo. La presencia de la firma en el ámbito internacional es muy significativa; en Europa está presente en España, Portugal, Andorra, Italia, Eslovenia, Polonia, Georgia, Suecia, Suiza y Rusia; En América, Estados Unidos, Guatemala, Panamá, México y Chile; en África, Marruecos; y en Asia, Japón y China.
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Lizarran es una marca con garantía de éxito
Lizarran es una cadena internacional cuyo protagonista es la cocina del Norte de España, en particular pinchos y tapas, concebido como un concepto de negocio que se relaciona con la diversión, la calidad, buen ambiente y precios asequibles. Gracias a esta filosofía cuenta ya con más de 250 establecimientos abiertos en España y en el mundo. La imagen atractiva de la firma asociada a la marca Lizarran y la rentabilidad del negocio, solo es posible a través de una óptima gestión de la calidad.
Una rigurosa selección de los productos ofrecidos, los proveedores más adecuados y el mejor servicio logístico son las razones del buen funcionamiento de los establecimientos Lizarran. La selección y desarrollo de los productos en diferentes formatos va acompañado de su propio sello de garantía “Lizarran / origen / tradición” (LOT), que permite que las recetas sean homogéneas en toda la cadena, con una trazabilidad garantizada y con una imprescindible seguridad alimentaria.
El apoyo de la marca a los nuevos inversores de Lizarran
Cuando un inversor decide apostar por la franquicia Lizarran, tiene la garantía de que formará parte de un modelo de negocio muy consolidado y exitoso. Desde el contacto inicial hasta el momento de la firma del contrato de franquicia, el proceso es gestionado por un experimentado equipo humano de Comess Group. La excelente gestión del proceso permitirá al futuro franquiciado conocer de un modo totalmente transparente cada detalle del negocio para tomar la decisión más adecuada a sus intereses.
El futuro establecimiento en Lizarran tiene a su disposición los departamentos inmobiliarios y de obras de la empresa, para estudiar la ubicación más adecuada y el acondicionamiento de su futuro establecimiento. Una vez firmado el contrato de franquicia, se impartirá la necesaria formación al franquiciado en la central o en el mismo establecimiento. El franquiciado contará con un equipo de profesionales que le asesorarán y facilitarán en la gestión del día a día. Lizarran se compromete a potenciar y reforzar la imagen de marca a través de distintos medios, además de una mejora constante de sus procesos de gestión.