No solo está presente en frutas y verduras también podrás encontrarla en cereales y sus derivados. Previene múltiples enfermedades.
Si conociéramos el valor de que representa la fibra en nuestro organismo, patologías como la obesidad, y el cáncer podrían disminuir evidentemente en el mundo. En nuestro menú diario predominan las proteínas y grasas de origen animal con escaso valor nutritivo. Es decir, estamos adaptadas a hábitos alimenticios desequilibrados que dejan ver consecuencias graves en edades muy tempranas.
Por esta razón los especialistas recomiendan consumir fibra entre 20 y 30 gramos diariamente.
¿En qué alimentos puedes encontrarla?
- Cereales: Germen de trigo, Pan blanco, salvado de avena, harina blanca.
- Legumbres: Garbanzos, habas, lentejas y frijol.
- Frutas: Coco, manzana, aguacate, pera, mandarina fresa, naranja y plátano.
- Verduras: Brócoli, coliflor, zanahoria, nabo, cebolla, apio.
La fibra, alivia los problemas de estreñimiento ya que retiene agua en las heces, reduce el colesterol. De la carencia de fibra y el bajo consumo de frutas se derivan las hemorroides, la apendicitis y los cálculos biliares.
Más razones para incluirla en nuestra dieta:
- Previene la hipertensión.
- Previene trastornos cardiacos.
- Controla la diabetes tipo II.
- Previene el cáncer de colon, mama y próstata.
- Mejora la digestión y el tránsito intestinal.
Igualmente aumenta la producción de saliva, aumente el pH y en el estomago retarda el vaciamiento gástrico, siendo esta la base de numerosos dietas de adelgazamiento.
Previene la vena varice:
En esta enfermedad el estreñimiento crónico juega un importante papel ya que el esfuerzo de evacuación aumenta la presión abdominal, lo cual se transmite a las venas que drenan las extremidades inferiores.
Por último otro efecto de la fibra, sobre el intestino grueso es estimular la expulsión de deposiciones ya que cuando es crónica, enfermedades como hernias de hiato aumentan en el organismo.